Junto al cadáver de un suicida se encontró una carta explicando los
motivos del porqué había cometido este acto...
No se culpe a nadie de mi muerte, me quito la vida porque dos días más que
viviese sería mucho martirio. Verán...
Tuve la desgracia de casarme con una viuda y esta tenía una hija. Mi padre
era viudo. Se enamoró y se casó con la hija de mi mujer.
Mi mujer era suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madrastra
y mi padre al mismo tiempo era mi yerno.
Al poco tiempo, mi madrastra trajo al mundo una niña que era mi hermana, y
era también nieta de mi mujer, de manera que yo era abuelo de mi hermana.
Después mi mujer trajo al mundo un niño, que como era hermano de mi
madrastra, era cuñado de mi padre, nieto de su hermana y mi tío.
Mi mujer es nuera de su hija, y yo soy padre de mi madrastra, y mi padre y
su mujer son mis hijos, mi hijo es mi bisnieto y tío de su tía, además, yo
soy mi propio abuelo.
¡¡Me despido de este mundo porque no sé quién cojones soy!!