El otro día tuve que ir a recoger a mi sobrino al colegio. Y me quedé
alucinado. ¿Se han fijado en cómo salen los niños de la escuela? Es algo
espeluznante. Salen despavoridos, corriendo en cualquier dirección, como
endemoniados, empujándose y gritando... como huyendo de algo, que piensas:
¿qué les harán ahí dentro?
Yo recuerdo que de pequeño no salía del colegio de esa forma tan violenta.
Francamente, yo la mayoría de las veces... ni entraba. A mí me decían:
- Enriquito: si quieres ser un hombre de provecho, vas a tener que
estudiar un poco más.
Y yo les decía:
- Vale, per o si no quiero serlo, ¿puedo seguir como hasta ahora? Pero a
ellos les da igual, te cargan con un mochilón... ¡así de grande!, y te
dicen que todo eso te lo tienes que meter en la cabeza...¡Pero qué empeño
en meterme cosas en la cabeza! ¿No se dan cuenta de que no cabe?. Además,
en el colegio se aprenden muchas cosas inútiles.
Por ejemplo: ¿para qué se tiran tres meses enseñándote a diseccionar una
rana?... Coño, ¡que te enseñen a pelar una gamba!
¿Y las matemáticas? Para empezar, te enseñan los conjuntos: estaban los
conjuntos conjuntos y los conjuntos disjuntos. Muy bien, me ha sido muy
útil en mi vida saber esto.
Ahora, el que cambió mi vida fue el conjunto vacío: le enseñaba las notas
a mi madre y ella me decía:
- Enriquito, ¿y este cero en matemáticas...?
- Mamá, no seas antigua, esto no es un cero, es un conjunto vacío.
Luego te enseñan a sumar, restar, multiplicar, dividir.. Y dices: "Ahora
me enseñarán a pedir un crédito en el banco..." Pero no. Lo que te enseñan es
la raíz cuadrada... ¡Ay, amigos! ¡Qué gran tema la raíz cuadrada! ¡Lo bien
que me ha venido a mí saber calcular la raíz cuadrada...! Sin ir más lejos
la he usado... nunca. Francamente, ¿a ustedes no les parece que ha llegado
el momento de plantear este asunto al Gobierno? La raíz cuadrada tendría
que ser voluntaria, como la mili.
Y luego llegaba el profesor y decía:
- Chicos, os voy a poner unos problemas.
Pues... cojonudo: Llevo una mochila de ocho kilos, me llaman Carabesugo,
me roban el bocadillo... ¡Y encima viene este tío a ponerme más problemas! Y
dictaba:
- Si Pedrito tiene seis manzanas, viene su hermana y le quita dos, viene
su primo y le quita otras dos y luego el perro se come una... ¿Cuántas
manzanas tiene Pedrito? Pues no lo sé, pero, francamente, si quiere mi
opinión... Pedrito es gilipollas.
Otra cosa que te enseñaban era el latín y el griego, las lenguas
muertas...
¿A ustedes les parece bien que les enseñen lenguas muertas a los niños?
¡Con razón por la noche no pueden dormir!
¿Y la sinalefa? ¡Eso tiene que ser una guarrada! Yo me negué a
estudiarla...
Y hablando de cochinadas: también te enseñaban los gases nobles... Mire
usted, a mí me parece muy bien que los nobles se tiren sus gases como todo
el mundo, ¿pero es necesario estudiarlos?
La clase de música... Muy bien, en casa no te dejan gritar ni jugar al
balón en el pasillo, pero puedes soplar la flauta hasta que se te salgan
los higadillos. Y tu madre ni mu... Total para aprender a tocar "Debajo un
botón, ton, ton..."
Por no hablar de la clase de gimnasia... ¿De qué te va a servir en la vida
saber dar una voltereta? ¿Y saltar el potro? ¿Se imaginan que en un debate
entre Aznar y Zapatero Aznar dijese: "Señor Zapater o, usted va a subir
las pensiones y va a bajar la gasolina, pero, ¿sabe saltar el potro...? Déjese
de demagogias... Salte el potro señor Zapatero, salte el potro"
La única vez que yo estuve atento en el colegio fue cuando explicaron la
reproducción humana. Aunque tampoco me sirvió de mucho: primero te
hablaban de un guisante... después de unas abejas que salían de su colmena y
llevaban el polen por ahí.. Y luego te enseñaban unos dibujitos de una
pareja en pelotas... Que yo pensaba: ¿Y aquí quién de los dos tiene el
guisante...?"
Pero ahí no se acababa el follón, porque yo sabía que había una cosa que
se metía en algún sitio... Y además estaba la cigüeña... Con lo que me fui a
mi casa pensando que la reproducción humana consistía en que una cigüeña
metía un guisante en una colmena y una abeja lo esparcía... Muy bien... Yo
no quiero molestar, pero entonces. ¿para qué me sirve a mí la polla?
En fin, amigos, que según lo que nos enseñaban en la escuela, un hombre de
provecho es un tío que habla lenguas muertas, come guisantes, da
volteretas y toca la flauta...
¡Coño, este tío es Kung Fu!